martes, 13 de marzo de 2012

Las pequeñas cosas

Este mar de inmensos azules,este mar que palpita en mí con sus incesantes aplausos y su aroma a muertos. Este mar plano con sus secretos iridiscentes, reposa en mí sin saberlo.
Detrás de este charco inmenso se esconden las manos agrietadas de aquellos hombres que me acompañan. Ahí detrás del manglar solo existe espacio para hombres sucios, para tipos sin nombre, para bestias aniquiladas, derrotadas en sus ansias, en sus tiempos, derrotadas por sus manos.
Pequeñas hebras de mar mojan sus zapatos sucios, olores a perros muertos perfuman su escondite, solo las aves de rapiña pueden ver a estos hombres, solo las aves líricas y funestas pueden oler la mierda acumulada noche tras noche.
Ahí descansan los hombres después de la línea de piedras, después de dejar sus huellas sobre la arena blanca, huellas que serán marcadas y borradas, vueltas a marcar y vueltas a borrar, pues siempre habrá lugar para uno más.
Este mar verde, de árboles viejos y meditabundos no hace otra cosa que guardar secretos.

2 comentarios:

  1. Mas dificil de pasar que el mar son los ideas toscos del hombre...que en su diminuta capacidad de ver el fervor de un pueblo por la libertad ...muere vivo sin darse cuenta...
    saludos

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