jueves, 5 de febrero de 2015

Managua Capital

Analizar y extraer conclusiones no servirá nunca para obtener una receta salvadora, pero será la herramienta para encontrar alternativas, para explorar nuevos senderos y dejar que broten nuevas soluciones que jamás serán las mismas, sino de otras gentes, las de los hijos del mañana.
María Dolores Ferrero Blanco

El 15 de septiembre de 1821 se proclama en Guatemala el "Acta de Independencia" acción que genera un cambio rotundo en la historia de nuestra nación. Sin embargo las pugnas intestinas entre Timbucos y Calandracas en la disputa por el poder atropellarían el proceso independentista en Nicaragua. El 28 de septiembre del mismo mes la Junta Provincial de León firma el "Acta de los Nublados". Los leoneses dirigidos por fray Nicolás García Jerez, obispo y gobernador intendente de Nicaragua, se oponían unirse a Guatemala sin embargo "la independencia de España la aceptaban en León únicamente como una necesidad impuesta por las circunstancias, pero era algo secundario, siendo lo fundamental acordar la absoluta y total independencia de Guatemala”[1]. El Coronel Crisanto Sacasa jura, en Granada, el 3 de octubre de 1821 la independencia general del Gobierno español y León se incorpora al Imperio Mexicano.

Dos años después, 1823, Nicaragua forma parte de la Unión Centroamericana, se declara independiente de México y se organiza como República Federal de Centroamérica. En esta etapa continúa la pugna entre los gobernantes criollos granadinos y leones, por consiguiente ambas ciudades se disputaban la hegemonía  del país y comenzó una suerte de turnos cíclicos capitalinos entre León y Granada. En la segunda mitad del siglo XIX los conservadores (llamados primero Timbucos y después Legitimistas) se mantuvieron por 30 años en el poder, acción a la que los liberales (llamados primero Calandracas y después Democráticos) dieron una rotunda respuesta: la contratación de William Walker.

Durante esta época exactamente el 24 de julio de 1846 Managua es elevada a ciudad por razones estratégicas, pues desde 1840 se comienzan a trasladar los poderes del estado a dicho territorio "ya para la década de 1840, Managua comienza a ser sede de algunos poderes del Estado y de dependencias gubernamentales. En La Gaceta (llamada en esa época Registro Oficial) del sábado 11 de julio de 1846 (…), José María Sandres, Senador director del Estado de Managua, con fecha 4 de julio, firmó el decreto trasladando las Cámaras de Senadores y Representantes a la Villa de Managua, igual que el Gobierno, la Contaduría Mayor de Cuentas, la Tesorería General y la Peculiar de los Supremos Poderes”[2].

En aquella época Managua tenía una vida citadina naciente, apenas estaba dejando atrás su brevísimo desarrollo de villa para dar paso a lo que sería "(…) la única ciudad de Nicaragua que se ha levantado en la era de la técnica urbanística (…)" [3] para decirlo con  palabras de Pablo Antonio Cuadra. La ciudad seguía siendo distrito de Granada, tenía como puntos límites al norte el antiguo Campo Marte (hoy explanada de Tiscapa), al sur el lago Xolotlán, al este el barrio Santo Domingo y al oeste el barrio San Sebastián, muchos vivían del cultivo en las fincas o de la pesca en el lago.

En 1851 asume Laureano Pineda la jefatura del Estado pero el 4 de agosto de dicho año el General Trinidad Muñoz le da golpe de estado, luego de una serie de sucesos asume el Senador Fulgencio Vega quien había decidido terminar de una vez con las disputas entre leoneses y granadinos, pues la ubicación de la capital nicaragüense se había convertido en todo un dilema. En el año 1832 fue León, luego paso a Managua que aún era villa, después en 1838 vuelve a León y así la Asamblea de gobierno anduvo de un lado a otro, hasta que el día 5 de febrero de 1852 el Senador Vega acuerda:

El Senador Director del Estado de Nicaragua:
Teniendo presente que la permanencia del Gobierno en esta ciudad (Granada) ha sido por el triste acontecimiento del 4 de agosto de 1851 y mientras duraban las circunstancias de entonces que éstas han desaparecido junto con la facción asilada en el cuartel de León; y considerando que la Ciudad de Santiago de Managua es el lugar de la residencia ordinaria del Gobierno, en uso de sus facultades.
DECRETA:
Arto. 1 El Poder Ejecutivo del Estado se traslada el 9 del corriente a la ciudad de Santiago de Managua como punto de su residencia.
Arto. 2 El Señor Ministro General es encargado del cumplimiento del presente decreto y de su publicación y circulación. Dado en Granada a 5 de febrero de 1852.
Fulgencio Vega[4]

De esta manera Managua queda decretada capital de Nicaragua y a partir de este momento comienza una historia de desarrollo acelerado de la ciudad, marcado por los embates de la naturaleza y los avatares de la historia. A 163 años de haber sido designada capital oficial de la República de Nicaragua, nuestra ciudad pide ser vista sin el velo de la nostalgia. 






[1] Ferrero Blanco, María Dolores: La Nicaragua de los Somoza (1936-1979), Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica de la Universidad Centroamericana IHNCA-UCA, 2012, Managua, Nicaragua. P 29

[2] Sánchez Ramírez, Roberto: El Recuerdo de Managua en la memoria de un poblano, PAVSA, 2008 P.40

[3] Cuadra, Pablo Antonio: Crítica de Arte, Colección Cultural de Centro América, Serie Pablo Antonio Cuadra Num. 9, Compilador Pedro Xavier Solís, Fundación UNO, 2005, Managua, Nicaragua. p. 55

[4] Halftermeyer, Gratus: Managua a través de la historia (1846-1946), Ed. Hospicio San Juan de Dios. p. 19

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