domingo, 26 de junio de 2016

Ser loca, ser cochón también es revolución.



Marchar se hace urgente en un país donde las locas carecemos de visibilidad política. Tomarse la calle en manada en un gesto extracotidiano para expresarnos en contra de lo que nos oprime. Cada unx con su performatividad, cada unx en su performatividad, cada unx desde su performatividad evocando construcciones politizadas sobre nuestros cuerpos. Expresando las muchas maneras de ser loca, cochón, gay, trans, lesbiana, homosexual, bisexual. Expresando las mil formas de ser y amar.


Marchar hoy se me hace urgente por las locas globales y las nacionales. Por las drags y las locas de Stonwell, por las locas mexicanas que se la jugaron en el 68, por las locas chilenas performeras que criticaban la dictadura pinochetista en actos irreverentes y escandalosos. Marcho por la Sebastiana, mítica figura de la Managua cochona pre terremoto del 72, figura que hoy se muere de soledad y alcoholismo. Marcho por la Reina de las Tártaros que murió reventada por el guarón en una calle del barrio San Sebastián. Marcho por las locas guerrilleras que se la jugaron para quitar a Somoza del poder y hoy no tienen ni placas, ni nombres, ni calles. Marcho por las locas que en los años 80 morían en los hospitales sin ser atendidas, morían de sida en los rincones de las salas de espera. 


Marcho porque a mi abuela la obligaron a casarse a los 20 años con un hombre que ella no había elegido, porque mi tío sufría traumas de guerra por haber pasado el servicio militar obligatorio, porque mi tía tardó 20 años en entender que los golpes que su pareja le daba no eran por amor, marcho porque mi hermano ha sufrido múltiples violencias por ser emigrante, joven y pobre. Marcho para que mi mejor amiga deje de reprimir los deseos de su cuerpo, para que no sea señalada cada vez que intenta llevarse un hombre a la cama. Para que mi prima crezca empoderada en su cuerpo de mujer negra y sea una mujer feliz. Marcho porque el sistema patriarcal nos enseña y nos obliga a ser hombres y mujeres en sus marcos y cánones, porque nos obliga a rechazar y destruir todo lo que se sale de esas normas. Marcho porque en la Maya, la Noa, la Natalia y Tomás, mis sobrinxs postizos, veo el aliento de un nuevo mañana. Veo en ellxs las esperanzas de una nueva generación de sujetos libres.


Marcho para que las locas de mañana vivan mejor, para que las locas de mañana no abran el grindr y los machos gays les pregunten: se te nota?, cero plumas verdad?. Marcho para que los activos no tengan que ser seres super dotados que buscan reventar culos, para que los pasivos no tengan que ser aguantadores, ni tener culos tragones. Marcho para que las locas discretas no tengan miedo, para que las locas evidentes no seamos señaladas por la risa perversa del que camina por las calles. Marcho también para que las locas en la tv dejemos de presentar los segmentos de modas, para que dejemos de travestirnos con elementos masculinizantes y podamos entrar a otros espacios de las esferas públicas siendo nosotras mismas. Marcho para que mañana no haya ongs neoliberales que despolitizan nuestras voces y podamos ser nosotras mismas agenciándonos nuestras propias luchas. Para que no sigamos estando al margen de la historia nacional y seamos sujetxs visibles.


Marcho porque soy un sujeto político, porque soy sandinista, porque soy artista, porque soy feminista, porque creo en el cambio, porque me cansé de las mediaciones. Marcho porque soy loca, soy cochón, soy revolución.